Un cuello de botella (BottleNeck) es un recurso que está sobrecargado (más trabajo que capacidad) durante un periodo de tiempo. Un cuello de botella puede moverse o trasladarse de un recurso a otro durante un periodo de tiempo, es decir, que los recursos pueden cambiar su sobrecarga de uno a otro durante un periodo de tiempo, dependiendo de la demanda y de las variaciones existentes durante el proceso productivo.
Los procesos productivos fácilmente experimentan variaciones en los procesos (todos las conocemos, retrabajos de piezas equivocadas, tiempos de procesos más largos de los normal debido a problemas en la producción, piezas mal procesadas que no sirven, etc). Todas estas situaciones, además de la demanda, pueden causar que los recursos se sobrecarguen cuando todas estas variaciones exceden la disponibilidad de la capacidad en la fábrica.
El que más o el que menos conoce que los productos durante la fabricación deben seguir una serie de pasos para poder fabricarse y completarse, es decir, no podemos procesar la operación 20 en el recurso X, hasta que no hayamos procesado la operación 10 que se completa en el recurso Y. Lo único que queremos decir, es que si experimentamos variaciones durante la fabricación en la operación 10, tendremos que compensar de alguna manera o no, el resto de operaciones que le siguen. Esto se suele hacer con el inventario en proceso por poner un ejemplo, aunque también podríamos incrementar la capacidad, o utilizar el recurso más fácil que sería decir a nuestros clientes que aumentamos los plazos de entrega (en multitud de organizaciones se sigue utilizando este método). Todas estas acciones son las que nos permiten poder compensar todas las variaciones diarias que se producen en los ambientes productivos donde los recursos dependen los unos de los otros.
Si recordamos un poco lo que Goldratt decía en su libro «La Meta», ¿que es lo que son todas estas variaciones? Fluctuaciones estadísticas. ¿que significa eso de que los recursos dependen unos de otros? Sucesos Dependientes.
Si nos centramos en reducir las variaciones ya no dependeremos de las necesidades de inventario o de alargamiento de los plazos de entrega. Esto es una estrategia válida, pero consume tiempo y coste. Sin embargo, el problema de tener diferentes tipos de productos, y todas aquellas variaciones que vienen definidas por la demanda, probablemente no lo tengamos solucionado en nuestra fábrica.
La demanda y las fluctuaciones estadísticas del proceso tienen un profundo efecto en las cargas de los recursos. Como ya sabemos suele haber una política en las fábricas que es la utilización completa de todos los recursos. Esta política dice que todos los recursos (máquinas o personas) deben estar produciendo producto en todas las horas en que estén disponibles. Afortunadamente, esta política que no está escrita y que obliga a los Directores de Producción a mantener el lanzamiento de trabajo que no es necesario de forma inmediata para mantener a las máquinas y al personal ocupados, está en fuerte retroceso (aunque todavía queda mucha gente que piensa de esa manera). Todo este trabajo que aparece en la fábrica hace que se consuma parte de la capacidad que podría ser usada para compensar las fluctuaciones estadísticas.
Cuando aparece un problema, entonces parece como si los recursos no tuvieran suficiente capacidad. Este es el problema de que muchas fábricas no están balanceadas (es decir que algunos recursos tienen más capacidad de lo que la demanda esta pidiendo en cada momento concreto), así que la demanda se mueve allí a donde la capacidad lo permite. Con el tiempo ocurre que perdemos el control del trabajo lanzado y no hay control sobre el flujo de producción. Acabamos fabricando cosas que no necesitamos, y las que se necesitan siguen en la cola esperando, o simplemente priorizamos órdenes por delante de otras más antiguas, justamente por eso, por falta de balance en la producción. Esta política tiene un gran impacto en las cargas de los recursos y por mi experiencia es el mayor contribuidor a que los cuellos de botella se muevan por la fábrica. No es la demanda del mercado o las fluctuaciones estadísticas del proceso, somos nosotros mismos por nuestra falta de coordinación, balance y predicción del proceso productivo.
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