El futuro será de aquellos que consigan o sean capaces de que sus organizaciones cambien al ritmo que cambia su entorno. Cuantas veces habremos oído esta afirmación y como bien sabemos como de complicado es conseguirlo. En la era de la innovación, solo conseguiremos ser supervivientes si vamos en busca de resultados. Si somos adaptativos al cambio. La creatividad y las ideas deben generar un nuevo tipo de organización en donde se potencie a las personas, el talento, el conocimiento y se aumente su valor.
Las organizaciones deben ser adaptativas y ser lo suficientemente inteligentes para ser capaces de cambiar con el entorno. Para ello debemos ser capaces de hacer lo que nadie hace, debemos prever los problemas antes de que aparezcan y trabajar con ellos antes de que nadie se de cuenta de que existen. Competir para Innovar es ser capaz de crear ideas y convertirlas en un proceso o un producto con valor. Pero para ello, ahora más que nunca, necesitaremos de las personas. Pero ahora más que nunca, no necesitaremos de una organización funcional, sino de una estructura organizativa que sea diferente y que introduzca conceptos como la inteligencia emocional, las comunidades, la estructura 2.0, el liderazgo distribuido y adaptativo, la voz de las personas, los valores emocionales, las redes sociales, en definitiva, una estructura organizativa menos vertical, más horizontal y abierta.
Cuando los procesos que se generan para construir innovación se vuelven más colectivos, la complejidad aumenta, por lo que nuevamente la responsabilidad de generar la innovación recae en las personas que trabajan en la organización.
Las personas que trabajan dentro de la organización cada día más adquieren un papel más importante porque pertenecen a parte del material necesario para generar valor, ideas, creatividad e innovación. Las personas interactúan entre ellas y asumen el rol de líderes, microlíderes, todos ellos unidos por el líder principal o líder formal. Un líder participativo que delega gran cantidad de tareas, con gran autonomía y que ayude al crecimiento profesional de los miembros del grupo. Todo ello dentro de una organización que necesita de su compromiso, su motivación, experiencia y conocimiento para generar la ventaja competitiva que requiere la innovación.
La idea principal y base de trabajo para un responsable, directivo o líder es agrupar el conocimiento, la experiencia y la motivación del equipo para generar cultura innovadora y gestionar el cambio en esa nueva organización. Es importante que los profesionales de la dirección estén dispuestos a «reinventarse» y a ser capaces de generar nuevas sinergias que incorporen nuevas herramientas de liderazgo como son mecanismos organizativos acordes con los tiempos que estamos viviendo como las comunidades sociales, Internet y la Organización 2.0.
Los directivos de hoy en día tienen la responsabilidad de dirigir y gestionar personas que sean capaces de actuar como líderes dentro de sus propios roles dentro de la organización y que sean capaces de potenciar los comportamientos necesarios para generar valor y generar innovación en una base diaria. Por eso pienso, que una de las cosas más importantes en las que debe pensar la organización es en ser capaz de disponer de directivos que sean desarrolladores, formadores y entrenadores de personas (líderes, microlíderes con alma propia). Es necesario que las personas crezcan tanto internamente como externamente, que se identifiquen con la misión principal del grupo, y que tengan un interés personal en el aprendizaje y en los retos futuros. Que retomen su vocación por crecer, aprender y mejorar.
Para poder innovar, es necesario disponer de esos líderes que sean capaces de potenciar y desarrollar los conocimientos y las habilidades técnicas del personal que tienen a cargo. Líderes que sean capaces de sumar y generar entre los miembros lo que podríamos llamar «cultura innovadora y creativa».
¿Porqué lo llamamos «cultura Innovadora y creativa»? Ya sabemos que actualmente muchas organizaciones ya no se mueven de forma departamental , sino que dentro de esta actúan grupos multioperaciones, conectados unos con otros que generalmente persiguen o están unidos a una idea o motivación. Estos grupos se los denomina comunidades. Son grupos que se organizan entorno a un proyecto y no entornos a departamentos o funcionalmente, son grupos que se organizan entorno a ideas o valores, entorno a objetivos o metas y no entorno a procedimientos y funciones. Son grupos con valores sociales y organizativos, básicamente similares a las comunidades que conocemos actualmente en la web 2.0. Para poder interactuar con estos grupos deberemos emplear herramientas 2.0, herramientas adecuadas y que serán la base fundamental para poder trabajar.
Lo verdaderamente importante de este tipo de organizaciones es que todos los miembros que forman parte de ella tienen la misma capacidad de transformar la organización. Cualquier miembro puede ser un líder con ideas, con autonomía, con capacidad de asumir riesgos, proactivo y generador de ideas, valor y proceso Innovador.