
Estoy seguro, que ya lo sabes, aunque es probable que no conozcas el punto de vista que te voy a explicar a continuación. En esta ocasión quisiera explicarte lo difícil es poner el foco en las cosas importantes, las de tu vida, o las de tu trabajo, según prefieras.
¿Porque no es posible que las cosas importantes surjan de forma natural? ¿Que quiero decir con esto?
Y es que a poco que le des vueltas a todas las cosas que haces diariamente, y analices un poco a lo que dedicas el tiempo, te vas a dar cuenta que lo que valoras de tu lista importante, no viene de forma natural.
Hablemos de acciones diarias, piensa un momento ¿Que te cuesta menos hacer?
- ¿Preparar comida rápida, fritos o similar, o hacer comida saludable todos los días?
- ¿Hacer ejercicio cada día o ver cada tarde una serie en Netflix?
- ¿Dedicar una hora a crecer como persona o dedicar una hora a surfear la web?
- ¿Hacer un daily diaria de actualización con el equipo, o seguir enviando (y atendiendo) mails a destajo?
- ¿Tener una reunión semestral con tus empleados, o ya hablaré con ellos cuando tenga un problema o cuando me digan que se quieren ir?
- ¿Actuar cuando ves una situación injusta en la calle, o darte la vuelta como si no hubieras visto nada?
Y es que estarás de acuerdo conmigo que invertir tiempo en lo que valoras o que quizás deberías valorar, no viene de forma natural. Hay que poner cierto esfuerzo. Digamos que cierta dosis de proactividad.
Estoy seguro qué todo el mundo valora tener esos hábitos de comida saludables y por supuesto unos hábitos de ejercicio diarios, pero ¿Por qué cuestan tanto?
Porque debes poner esfuerzo en ello, poner energía, intención, y fuerza de voluntad.
Otra idea que conecta, ¿Cómo funcionan los valores que tenemos en nuestra vida? Pensamos que tenemos unos valores, pero luego, cuando llega la hora de la verdad, ¿qué pasa con estos valores? Por ejemplo, ponemos en valor el aprender y crecer cada día, pero eso no quiere decir que una de nuestras fortalezas sea tener una mentalidad de crecimiento y aprendizaje. Ya vimos el ejemplo anterior. ¿Qué preferimos? Aprender o navegar por internet.
Al final todo requiere un alto grado de proactividad e intención. La gestión del tiempo es la clave para alinear esos valores, con las actividades que quieres hacer.
Puedes tener grandes y maravillosos valores, pero si no los accionas, ¿De qué sirven? Y esa es la parte dura. Necesitamos tiempo para planificar, para que las urgencias no se lleven el tiempo de las cosas importantes.
Para el cerebro una urgencia es igual a una cosa inmediata, y esto es igual a un posible beneficio inmediato, placer, dopamina. El cerebro entiende de atraer placer y de evitar el dolor, no entiende de tiempo.
Para el cerebro un beneficio inmediato es una cosa fácil, o una cosa urgente en donde obtiene beneficio o solución inmediata. Las cosas importantes, esas que suelen tener una recompensa diferida o es dudoso conseguirla, nuestro cerebro no las ve, ni las quieres ver, no hay manera de que vengan de forma natural.
No podemos controlar que viene o se va de este mundo, pero si podemos controlar nuestras acciones con el tiempo que tenemos hoy. Todos tenemos las mismas 24 horas. De nosotros depende lo que hagamos con ellas.
Ciertamente, esta característica humana de no accionar las cosas que deberían ser naturales para nosotros está muy relacionada con otra muy recurrente, la comodidad en la vida. En nuestro mundo, el que nos ha tocado vivir, las dosis de comodidad con las que trabajamos, vivimos cada día son, digamos, elevadas. Y eso es bueno, esta bien, tampoco digo que sea malo. Pero ciertos músculos se atrofian.
Aunque eso, al cerebro le encanta. Y si algo busca continuamente, es eso, comodidad.
Pero las cosas cómodas, son las que cuestan poco, las de recompensa inmediata, las que no son importantes. Porque las importantes, son las que debemos trabajar en ellas para obtener su recompensa de forma diferida en un cierto periodo de tiempo.
Ante la disyuntiva de comerme un croisan ahora, y mantener un cierto hábito saludable para estar mejor en unos meses, está claro lo que vamos a elegir, ¿no?. O, ante veo una serie de Netflix en el sofá o voy al gimnasio, tampoco va a costar mucho elegir.
Tim Ferris en La Jornada Laboral de 4 horas, ya hacia referencia a estos conceptos cuando decía “Las acciones más importantes, nunca son cómodas”.
«Existe una correlación directa entre una esfera de comodidad más amplia y conseguir lo que quieres»
Otra idea que resuena. Tener problemas, conflictos, obstáculos en la vida. De forma natural nadie los está buscando. Pero los problemas van a venir y van a transformar nuestra vida. Lo queramos o no. Nos guste o no. Y vamos a sentir incomodidad.
Que las cosas importantes de la vida no vengan de forma natural, es similar a tener problemas, o conflictos en la vida. Sin una actitud de incomodidad intencional controlada, nos volvemos pasivos, desganados, no accionamos nada, nada pasa. ¿Qué esperamos entonces de la vida?
Pero aquellos momentos en la vida en los que superamos esos obstáculos o conflictos, son aquellos momentos en los que hemos crecido y hemos saltado al otro lado de la incomodidad directa, hemos salido de nuestra zona de confort, y ahí, es donde está lo bueno.
Hemos sido capaces de generar una epifanía, un insight, lo que conocemos como un momento a-ha. Del tamaño que sea, pero algo ha habido, algo se ha movido.
Y ahí es donde hemos crecido y nos hemos elevado, y justamente ese crecimiento, es el que ha servido de gasolina para estimular el paso al siguiente nivel. Al nivel donde las cosas cuestan, son incómodas, no naturales, pero que te permiten crecer y desarrollarte como persona y como ser humano, o simplemente sientes la satisfacción de conseguir que otros crezcan.
Ahí donde haces algo más en la vida, mas que ver la vida pasar.
Donde vives la vida y no permites que la vida, sea la que viva a ti.
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