Los responsables de operaciones tienen varias formas de influir en la capacidad de sus organizaciones (opciones básicas):
- Utilizar los niveles de inventarios. Si decidimos la fabricación de productos para almacenar antes de que se nos muestre la demanda, esto puede permitir que cuando la demanda aparezca, esta sea satisfecha sin problemas. Tiene el inconveniente de que la organización tendrá que financiar el inventario antes de que sea vendido, y por tanto tendrá que soportar costes de almacenaje, costes debidos a la falta de espacio, seguros, posibilidad de productos obsoletos, etc. Por el contrario, si decidimos no generar inventarios, la escasez de producto en algún punto del tiempo puede provocar pérdidas en las ventas. Un plazo de entrega largo por falta de stock, también puede acabar desencadenando en una situación con un cliente descontento.
- Cambiar el tamaño de la plantilla de trabajo o la fuerza de trabajo. Esto se realiza mediante la contratación temporal de personal adicional durante los periodos de alta demanda y despedir en los periodos en que esa demanda ha disminuido. Este sistema genera inconvenientes como por ejemplo, baja productividad en los nuevos operarios hasta que llegan a superar la curva de aprendizaje, costes por despidos, pérdida de moral en los empleados debido a los despidos, etc. Esta opción tiene cierto grado de polémica debido a que a veces es considerada poco ética. Hay gente que opina que contratar y despedir según la fluctuación de la demanda es tratar a las personas de manera poco humana.
- Horas extras o periodos de inactividad. Este es el método más rápido y convincente por el que suelen optar muchas organizaciones. Cuando la demanda es superior a la capacidad se aumenta el número de horas productivas por medio de las horas extraordinarias que habitualmente suelen tener un coste más elevado que las horas normales. Las horas extras también tienen sus efectos negativos, como pueden ser, la pérdida de productividad del trabajador por exceso de horas de trabajo, costes fijos asociados como el mantener abierta la instalación, etc. Cuando la demanda es inferior a la capacidad se disminuyen o se reduce la cantidad de tiempo empleado por el personal, de manera que el personal puede dedicarse a otras actividades como el mantenimiento, limpieza, etc. Otra opción en este último caso sería, utilizar un enfoque anual, o semestral, y flexibilizar los horarios y los horas sin coste adicional en función de las cargas de trabajo previstas. Es decir, los trabajadores podrían aumentar o disminuir su horario según la demanda en cada caso, teniendo en cuenta el total de horas anuales a trabajar.
- Empleados a tiempo parcial. Otra opción es la contratación de personal de trabajo a tiempo parcial. Generalmente se suele utilizar en trabajos poco cualificados. Tiene algunos inconvenientes, entre los que podría destacar el coste del trabajador, que según el número de horas que hiciera, podría tener unos costes fijos demasiado elevados que pueden hacer pensar en esta opción, como una opción no válida.
- Subcontratación. En los periodos donde la demanda aumenta podríamos pensar en utilizar esta variante de aumento de capacidad. Simplemente consiste en utilizar la capacidad de otra organización para satisfacer nuestras necesidades. Inconvenientes: Puede resultar caro, suelen existir inicialmente problemas de calidad con los productos entregados y con los plazos de entrega, y lo más importante, podemos estar abriendo la puerta a un posible competidor que en un futuro pueda ofertar en mejores condiciones que nuestra organización. Además en estos casos, suele ser inevitable un cierto traspaso de conocimientos (para conseguir la calidad deseada por ejemplo) de la empresa contratante a la contratada, lo que puede ayudar a que el subcontratado decida entrar en nuestro mismo mercado y convertirse en nuestro competidor.
Estas son las opciones básicas más comunes, aunque por lo general se suele optar por soluciones mixtas que se adaptan a la situación actual de cada organización.
En la siguiente entrada hablaremos de como influir en la demanda para ajustar la capacidad a nuestros objetivos.