Influir o gestionar la demanda.

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Influir o gestionar la demanda.

En el último post vimos las opciones que teníamos para gestionar la capacidad de nuestras organizaciones en el caso de que tuvieramos fluctuaciones en la demanda.

Igualmente también podriamos encontrarnos en el caso de que nuestras opciones pasaran por intentar gestionar la demanda en lugar de influir en la capacidad, para intentar mantener esa capacidad lo más constante posible.  Evidentemente, no será igual para todas las organizaciones, pero a buen seguro la gestión de la demanda podrá ayudar a equilibrar nuestra organización para conseguir los máximos objetivos, que es al fin y al cabo lo que nos interesa.

  • La mejor manera evidentemente es influir en la demanda cambiando el precio, que es probablemente el método más aplicado para gestionar la demanda. Esto viene dado en la forma de descuentos, ofertas, publicidad, promociones. Por ejemplo, descuentos de fin de semana en hoteles durante la temporada baja, ofertas en vuelos de avión para cubrir el cupo en los vuelos, promociones para dar salida a productos que han quedado estancados en los almacenes, etc.
  • Fabricación de productos según demanda cíclica o demandas opuestas. Es decir, consistiría en equilibrar la demanda con la fabricación de productos adicionales que suavizarán las curvas de ventas estacionales de otros productos de la organización. Por ejemplo el caso más sencillo, organizaciones que fabrican aparatos de aire acondicionado y de calefacción que tienen una demanda totalmente estacional y opuesta. También leí una vez que habia empresas de los Estados Unidos que fabricaban según la época del año, cortacéspedes y máquinas quitanieves. Evidentemente, si dispones de la tecnología y conoces los procesos puedes orientar tu fabricación a cualquier tipo de producto que te permitar equilibrar la demanda en tu organización y gestionarla, para mantener tu capacidad constante.
  • Jay Heizer y Barry Render proponen en su libro Dirección de la Producción otro método. La retención de los pedidos durante las épocas de alta demanda. Es decir, aceptar los pedidos y reternerlos sin fabricar intencionadamente o debido a determinadas circunstancias. La verdad, es que es un poco un contrasentido, aceptar un pedido y dejarlo a la espera de proceso. Pocos clientes hay que te pasen un pedido y que esten dispuesto a esperar lo necesario sin perder la paciencia y cancelar el pedido, con la consiguiente pérdida de prestigio de la organización que se suele traducir en una pérdida futuras de ventas.

El objetivo final de cualquier organización y a la postre más complicado en este tipo de eventos sería intentar mantener constante la demanda, para que la capacidad también siguiera este mismo camino. Evidentemente, esto es lo que nunca suele pasar en las organizaciones y es en lo que hemos de trabajar a diario.