¿Has pensado alguna vez como estás midiendo o definiendo tu éxito?
¿Cuáles son tus criterios de éxito?
Tú eres quien define tu éxito. Tú decides lo que para ti será un día exitoso. Por ejemplo, para conocer con un poco más de profundidad como te mides a ti mismo, podrías estar haciéndote preguntas como estas:
- ¿Qué puntos de referencia estoy usando? Internos o externos. ¿Como me siento o qué es lo que estoy consiguiendo? ¿Cuál es mi contribución o cuantos likes he conseguido esta semana?
- ¿Cuánto tiempo estoy pasando en las redes sociales? ¿Soy consciente de dónde está mi atención?
- ¿Me comparo con los demás? ¿Con qué frecuencia? ¿En qué?
- ¿Tomo decisiones relevantes con consciencia? ¿Cuál es mi grado de libertad?
- ¿Me estoy midiendo contra un ideal de futuro o contra mis logros del pasado?
Animo a la gente que invierta un poco de tiempo a intentar responder a las preguntas anteriores. Si buscas, hay oro en las respuestas.
Por si te puede ayudar, personalmente trabajo con varios criterios que me ayudan a definir mi propia visión de ser exitoso. Tener diferentes criterios te pueden ayudar a tomar decisiones de forma informada, y te ayudan a eliminar el comportamiento supervisado agotador al que te encuentras sometido diariamente, y que te mantiene dando tumbos sin una dirección clara.
Tener este punto trabajado, aumenta tu poder de auto regulación.
Si tienes criterios establecidos, es más fácil saber cuándo decir «NO» por ejemplo, a diferentes situaciones, relaciones u oportunidades que se te aparezcan en la vida, y que no se ajusten a los criterios de éxito que has establecido previamente.
Cuando tienes criterios de éxito, TU estás decidiendo cómo te mides. No son el resto de las situaciones, relaciones u oportunidades las que te definen.
Nadie puede definir el éxito por ti. Cuando lo haces, estás definiendo tu propio sistema de referencia interno, y eso es algo bueno.
Aquí te dejo algunas ideas que utilizo para filtrar lo que ocurre y que me permiten tomar decisiones de mejor calidad. Suelo seguir un marco de preguntas estandarizado que ya tengo memorizado y que se ejecuta en segundos. Ahí va:
- ¿Esta posibilidad, oportunidad, evento, interacción, compromiso, experiencia, se ajusta a mis valores rectores? Si no se ajusta, no procedo con el resto de las preguntas.
- ¿Esta posibilidad, etc, me permitirá avanzar, darme más claridad, confianza y capacidad? ¿Aumentará la calidad de los momentos que vivo?
- ¿Servirá para aumentar mi contribución y hacer la diferencia en el mundo?
- ¿Acabará contribuyendo a los objetivos de las personas con que me relaciono diariamente? ¿En qué manera?
- ¿Si fuera el caso, tiene sentido financieramente?
- ¿(recordando el post anterior) Aumentará la calidad de mis relaciones de forma transaccional o transformacional?
- Si esta posibilidad, etc, acaba teniendo sentido, ¿A qué acabaré diciendo «NO»?
Por supuesto, los criterios de éxito que utilices no tienen porque ser fijos. Sé flexible. Son parámetros medibles claros que tú has elegido para vivir tu vida, y que puedes utilizar para tomar decisiones y avanzar con claridad en tu vida. Te sirven para evaluarte a ti mismo de forma retrospectiva y conocer tu propio progreso.
Te dán las 3 C’s. Estas son claridad, confianza y capacidad en tus decisiones, porque no te mides comparándote con los demás.
Y eso es muy poderoso, porque pone en tus manos las riendas de tu vida.
El filósofo Séneca lo llamó, Euthymia: «capacidad de creer en nosotros mismos y que vamos por el camino correcto, en lugar de dejarnos llevar por la infinidad de caminos que no llevan a ninguna dirección«
Gracias a todos por leer esta entrada.