Mueve las Ruedas del Engranaje en el Orden Correcto

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Mueve las Ruedas del Engranaje en el Orden Correcto

Acababan de terminar una sesión estratégica en el comité. Y precisamente hoy, no había sido fácil.

Mientras los demás salían, Laura —recién ascendida a directora adjunta con solo 34 años— se quedó hablando con Elena, una vicepresidenta con dos décadas en la empresa y dos más como ejecutiva en empresas del sector.

—Me han ofrecido una locura de proyecto —confesó Laura—. Otro grupo industrial. Llevan 1 mes detrás mío. El triple de sueldo, coche, bonus, todo. Y encima, reportaría de forma directa al CEO global, que está en Londres, y ya sabes lo que eso supone.

Elena la miró, tranquila.

—¿Y qué harías allí? —preguntó.

—Liderar un área que apenas conozco. Pero el reto es brutal. Y suena, ya sabes… muy, muy grande.

Elena sonrió. Esperó unos segundos y dijo:

—Laura, nuestra vida como directivos se parece mucho a un sistema de engranajes.

Déjame que te lo explique.

Nuestro potencial como personas, se parece a un conjunto de ruedas dentadas. A lo largo de nuestra vida y de nuestra carrera profesional, deberíamos ser capaces de alinear todas las ruedas dentadas de este sistema, para que funcionaran prácticamente sin hacer ruido, lo cual es señal de que estamos avanzando.

Primero tenemos la rueda del conocimiento, es decir, entender profundamente lo que haces y porque lo haces. Hazte estas preguntas ¿Qué estás aprendiendo cada día? ¿Qué estás aprendiendo con nosotros Laura?

Esta primera rueda debe conectar con la rueda de tus habilidades: ¿Cómo estás aplicando todo esto que has aprendido? ¿Cómo aplicas todo eso que sabes bajo presión? Y me refiero, a una aplicación real, con problemas reales, con personas reales, en el sitio donde suceden las cosas reales, no detrás de tu portátil y en tu despacho. Hacer girar esta rueda dentada lleva tiempo, pero es indispensable para crecer. Y sobre todo requiere mucha energía de tu parte. Pero es necesario pasar por ella.

Cuando estas dos giran perfectamente alineadas, todas las demás ruedas del sistema empezarán a moverse y empezará a crearse una verdadera cadena de transmisión que llenará tu vida. No solo con lo que haces cada día, sino también con las personas, las relaciones clave que podrás crear, las conexiones humanas que podrás generar, toda la transformación que conseguirás al interactuar con personas.

Y también, gracias a que tienes conocimientos, habilidades, y una red donde te apoyas, alinearás la rueda que utilizamos para generar recursos, ya que las 3 primeras son los que te permiten engranar esta rueda número cuatro. Lo que tienes y lo que puedes generar.

Todo esto aumentará tu proyección externa, donde serás reconocida por el valor que generas, tu marca personal y tu proyección global. Tu reputación pertenece a la rueda dentada número cinco.

Esta es la última.

Así que recuerda cuáles son las ruedas de este sistema, y la importancia de que sigas este orden:

  1. Lo que sabes (rueda de tu conocimiento)
  2. Lo que puedes hacer (tus habilidades)
  3. A quién conoces (tu red)
  4. Lo que tienes (tus recursos)
  5. Lo que el mundo piensa de ti (tu reputación)

Laura guardó silencio.

—Si intentas forzar directamente la última rueda —prosiguió Elena—, sin haber hecho que las cuatro primeras estén alineadas y rodando sin fricción, puede ser que avances… pero el sistema estará descompensado.

Y cuando la presión real venga, y te aseguro que vendrá, alguno de las cuatro primeras ruedas romperá algún diente, y todo el sistema se quedará parado.

Yo lo hice una vez. Y tardé tres años en recomponerlo, sobre todo emocionalmente.

Y concluyó:

—El dinero no siempre mide el valor que aportas. A veces mide la prisa que tiene otro en llenar un hueco en su empresa.

La pregunta es: ¿quieres parecer preparada… o estarlo de verdad cuando llegue el momento adecuado?

Laura no contestó de inmediato.

Pero esa noche, en lugar de responder al headhunter, abrió su cuaderno y empezó a hacerse algunas preguntas, y no solo las que Elena le había recomendado.

(Adaptación novelada sobre la idea de Radhanath Swami: llenar los cubos primero para servir)