Los humanos somos miembros de muchas culturas, pero no solo eso, sino que solemos ser miembros de diferentes culturas nacionales, o regionales, además de tener diferentes creencias religiosas, étnicas, de edad, valores, etc. Enfocar un bloqueo cultural puede llegar a ser una pieza clave para la resolución óptima de un problema.
Adam James L. en su libro «Conceptual Blockbusting: A Guide to Better Ideas», nos muestra varios ejemplos referentes a este tipo de bloqueos. A continuación destacaremos algunos de los tipos y formas más comunes de bloqueos de este tipo con que nos podemos encontrar:
- Taboos.
- Pensar que cualquier problema puede ser resuelto mediante el pensamiento científico y con dinero.
- La tradición es preferible al cambio.
- La razón, la lógica, los números, y ser práctico, puede ser algo bueno, pero los sentimientos, la intuición, el placer, los juicios cualitativos, todo ello, es algo malo.
- Todo el mundo debería ser como yo.
- La fantasía y la reflexión son una pérdida de tiempo.
En resumen, los bloqueos culturales aparecen por la exposición a un conjunto de patrones culturales ya establecidos, que pueden provocar a la hora de solucionar problemas, situaciones como estas:
- Distracciones o despistes.
- Falta de cooperación y confianza entre compañeros.
- Un jefe autocrático que solo valora sus ideas y no escucha a los demás.
- Falta de soporte para poner ideas en acción.
Una forma común de bloqueo cultural, podría ser el considerar que un acto en concreto podría causar asco o disgusto a ciertos miembros de la sociedad en la que vivimos. Para ilustrar este tipo de bloqueo, vamos a utilizar el ejemplo que Adam muestra en su libro:
Imaginemos una tubería de inoxidable incrustada en el suelo de una habitación vacía. El diámetro de la tubería es 1,5mm mayor que el diámetro de una pelota de ping pong, la cual es de 38,1mm. La pelota ha quedado alojada en el fondo de la tubería. Tu eres una de las personas de un grupo de seis que está en la habitación con los siguientes objetos:
- Una cuerda de 2 metros.
- Una carpeta.
- Una percha de alambre.
- Una llave inglesa.
- Una bolsa de patatas fritas.
- Una escarpa.
- Una bombilla.
- Un martillo.
Intenta pensar (cuantas más maneras mejor y en 5 minutos) en formas sacar la pelota de la tubería, sin dañar la pelota, tubería o suelo. Si fueras un pensador con fluidez de ideas, encontrarías rápidamente un montón de maneras de sacar la pelota. La cantidad de ideas es solo una parte del juego. La flexibilidad hace referencia a la posible diversidad de ideas que puedas generar. Una idea común, podría ser usar la percha de alambre y transformarla en unas pinzas aplastando las puntas para que queden planas, con el objetivo de que posteriormente permitan sacar la pelota. Si intentamos hacer algo con una bolsa de patatas fritas, estaríamos demostrando que todavía somos mucho más flexibles y sabemos diversificar.
Hay una opción más fácil y que probablemente un bloqueo cultural nos impide sacarla a la superficie ¿Has pensado en algún momento en orinar en el tubo para que la pelota salga a la superficie flotando? Si no lo has pensado, ¿porque no lo has hecho? La respuesta es sencilla, y la no resolución viene causada probablemente por un bloqueo cultural, ya que orinar, generalmente es una actividad privada e individual en muchos países.